Quizás sobreviva la palabra azul,
pero el cielo será de fuego
y un rayo se encargará de limpiar
el nombre de la belleza
tallado en su propia tumba.
No habrá ojos para ver.
Tal vez por eso, dure para siempre.
Mientras tanto,
pasa el tiempo buscando la palabra justa
sin saber que lo ilumina el mismo cometa
que extinguió a los dinosaurios.
© Francisco Rapalo

Me enocionó el final. Lindos versos!! Cristina Noguera
ResponderEliminarCósmico, palabra que fuga y asciende en belleza.
ResponderEliminarSaludo desde Córdoba Francisco
Muy bueno. Graciela Barbero
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