la voz de mi padre
se derrumba
y muerde su cola
sube a la cresta del árbol arrastrando su piel cubierta de
escamas
negras, arrugadas
amarillas,
atrapa el ruido
un obstáculo lo ensordece
la indiferencia
se posa en el catre
la rabia
come su cama
el odio
permanece
© Álvaro Mata Guillé
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