Que no muera,
que no muera el ardor en la
presencia de leños
Que acaricie en pendiente el sustento
Continuo sostén en viaje hacia el fuego
Le de media vuelta hasta su tráquea
un blando andar de nuevo hacia la vida
que se yergue en la frente como un ojo
Solo al desesperarla es que acaba la muerte
Un desplante centinela
reduce su apostolado
Lo mismo en el amor
que siempre hay que franquearlo
para que se arrebate de júbilo
entre las llamas
© Teresa Korondi
Una idea hermosamente desarrollada, con acertados recursos
ResponderEliminarMe gustó mucho esta poesía. Los recursos le dan brillo a estos versos. Cristina Noguera
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