18/10/25

Poema de Águeda Franco

 

 

Cada mañana

con un rumor de huesos perforados

abandona su cama

y va al cuarto del hijo.

Lo ve dormir

náufrago a la deriva de sí mismo

abandonado por los buenos vientos.

Treinta años tiene el hijo

pero no se da cuenta.

Una larga rutina montada en el silencio

es lo que los mantiene

Palabras sin sonidos

deshilachadas como lluvia

caminos que se borran

para sus desencuentros.

 

Hace tiempo la madre empezó a envejecer.

El hijo no lo sabe.

La mujer cada día

deja vagar los ojos sobre su hijo náufrago.

Y siente que el cansancio

le gana la pulseada.

Tal vez el hijo

inmune a la misma realidad

no se despierte nunca.

                                                                         

© Águeda Franco

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3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

sucede así, águeda, y cuánta tristeza! susana zazzetti

20 de octubre de 2025, 7:41  
Blogger graciela elvira ha dicho...

Ohhh Águeda..tremendo poema.

20 de octubre de 2025, 10:19  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Potente poema.Patricia Graziadei

22 de octubre de 2025, 4:36  

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