Se debe vigilar toda equivocación.
Fluye por las paredes como aguamar.
Sentimos el tremolar del viento
y, entre las ventanas, aleteos de gorrión.
(¿No estaban extinguidos?)
Es un fantasma que juega entre los cubiertos.
Un Dios artesano que junta nuestros despojos.
© Patricia Coto
Qué buen poema!! Tiene un tono excelente y condensa muchas cosas, el remate final de los últimos versos tremendo cierre!!
ResponderEliminarBellísimo final! Gracias Patricia!!!
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