Poema de Gerardo Lewin
Final
La memoria del viejo
odia la novedad. Busca ceñirse
a actos nimios, repetidos.
¿De qué nos vale emprender viajes,
tiempos ociosos en aeropuertos
o en andenes, el regateo agotador
con traficantes de recuerdos?
Así, aramos breves surcos
que van del patio a la cocina,
del dormitorio al baño,
arrastramos los pies,
agotamos el aire
¿y qué haríamos si se rompiera
uno de los platos hondos?
Es la noche y la plegaria vuelve.
Echados en la cama,
unimos nuestras manos e imploramos:
Mundo, no te muevas.
© Gerardo Lewin
Etiquetas: Gerardo Lewin
10 comentarios:
Precioso
Gérard Lewin
Poemazo! Saludo desde Córdoba
Un poema que llega al destemplado cotrazón de nuestras noches en otoño. Muchas gracias por compartirlo. Saludos desde San Luis.
Darío Oliva
Muy hondo, Gerardo! Felicitaciones!
Uf.. inmenso poema.
Si
Versos muy profundos. Emocionan. Cristina Noguera
Profundo, triste y tan real que duele . Bea Belfiore
También hay otra visión.
Tremendo y doloroso poema, Gerardo. El mundo, los pasos, el plato roto, todo se mueve pese a los ruegos desesperados.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio