Orilla
Sobre una piedra
en medio del río
extiende sus alas
un biguá
al toque amoroso
de la brisa.
En la quietud tardía
de la hora
se escucha el salto
de los peces
y lentas caen
las hojas
de los aromitos.
Nada se parece
a esta serenidad
de ver morir el día
en la amistad del agua.
© Mabel Sierra Karst
Qué bello final, gran poema
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