Certezas calcinadas y savia negra
en el delta, ahora duermo e
imagino
el último humedal.
Un ventarrón trajo los restos
de un bosque
llamado abandono.
Se
re llena
el río
en la mueca picara
del niño.
© Simón Dante Lorenzón
muy bien !!
ResponderEliminarMe encantaron estos poemas de Entre Humedales.
ResponderEliminarBravo Simón!!!
ResponderEliminarEl bosque se despide en este triste poema. Bea Belfiore
ResponderEliminarBreve y bueno.
ResponderEliminarSaludos
Anahi Duzevich Bezoz