Despedida
Un pez
-sin levantar
la mano
de la hoja-
yo dibujo
para vos
mientras espero
que regreses del trabajo.
Redondo, blanco,
con aletas
negras.
No se mueve,
no respira
-me faltó
el crayón celeste,
brillantina y el oleaje
de las aguas-,
está frío
y en un rato
se habrá hinchado.
No le pude
abrir los ojos.
Perdón,
papá.
© Silvia Rodríguez Ares
¡Conmovedor poema!
ResponderEliminarQué impactante! Excelente. Gracias
ResponderEliminar¡Ay!
ResponderEliminarAbrazo grande,
Alicia Márquez
Muy bueno! Fabiana León
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