1/6/25

Silvina Vuckovic comparte a Ancalao/Calabrese/Picardo

 


oración para esperar el colectivo

 

señor de los desamparados

que esperan el colectivo

no permitas que se apague esta llamita

defendida a puro sol sobre la escarcha

que el colectivo venga pronto

pues la espera

amontona cenizas en la frente

y tengo que apalearlas y hacer señas

y asomar los ojos a la ruta

aunque las venas duden

tironeando

señor de los desamparados

que no pase de largo

como si yo no fuera capaz de andar descalza

como si yo no fuera propensa a la ternura

como si fuera una chapa

un poste  nadie  nada

y que no venga lleno señor

porque se salen con la suya

entonces patas y empujones

en un boleto me suicidan la sonrisa

y me resigno  animal al matadero

que no demore  señor  hoy hace frío

y no llegan los sueños hasta el alma

en el filo de este riesgo  no me culpes

si abandono un segundo la trinchera

y alcanzo a maldecir

la madrugada

 

 

Ngellípun üngümafiel ti colectivo*

 

Üngüm colectivolechi pu

ütrüfkünuye ñi señor

chongümelkünukilnge fachi püchü lewlew

ré antümu ingkánengel llengá wenté tranglíñ

matú küpápe ti colectivo

ta üngümün lle

wirkólkey trufkén tólmew ngatí

fey mülí tañi kupáfneafielmaye maychüleal

ka lüyükünumekeal chi rüpü mew

epúrume zuámfule wüme ti pu pilkómollfüñ

wüñówitrawnewün

ütrüfkünuye ñi señor

felén rupákinolpe

topákenolu reké ta iñché tañi tritráng namúnküyawal

ayüwmakenolu reké ta iñché tañi kümé piwkéngeal

kiñe ronóngelu reké

kiñe üngkó iñínorume chémnorume

meñólen küpákinolpe señor

kizú ñi züngú mütén inánekelleyngün ngatí

feymay namúnmayew rültrékawün

ka kiñe wifká langümüymanew ñi ayén

fey tutéwnarün trüylítuwe pülé yeniéngechi kullíñ

alüñmakinolpe señor fachántü ta wütrengí

fey may chi pu pewmá nga ám mew ta puwláy

ka fachi itró küñüwun mew ngeñíñmakünukeli

püchüñma élkünufili chi rüngán

fey pepí kafküngüchatukünufili

chi epéwün

 

*Traducción de Víctor Cifuentes, en La memoria iluminada: poesía mapuche contemporánea, edición de Jaime Luis Huenún, CEDMA Ediciones de la Diputación de Málaga, 2007.

 

 © Liliana Ancalao

 


RÍO DE CUCHILLOS

a Raúl Zurita

 

Te voy a contar una historia, amigo mío:

hace muchos años, en los años del óxido,

me enseñaron a odiar tus países.

O me pareció.

 

Yo no sabía qué clase de amor era el odio.

 

La herrumbre del puerto cegaba tus ojos,

ahí donde se enredan los ríos chilenos

con los barcos sudamericanos.

 

Los milicos argentinos traían

cuchillos muertos, de esos que nadan

en el plasma oscuro de las arterias

como peces desafilados.

 

El que no corre es un río,

pensé que decían en las llanuras tediosas.

O me pareció.

Y me molían a patadas por culpa de tus países.

Sentí asco, te digo, alguna especie de asco.

 

Vos escribías como los ríos

que bajan de la cordillera a los saltos

y se llevan de a poco el color de los cerros.

 

Los milicos chilenos venían

con sobredosis de una tierra confusa

porque esas montañas se mueven, amigo,

y la gente presiente que moverse

es una tradición del agua.

 

Entonces los ríos, el idioma

de la tierra cuando le habla al mar,

empezaron a correr por nuestras venas.

Eran ríos circulares y rojos

como las fronteras de dos países

que giran y se friccionan,

heridas con la forma de Chile,

manchas de humedad que parecen islas

en un mapa argentino.

 

Corrían y corrían los sedimentos

de aquella memoria que arde

y nos quema la piel

cuando adoptamos la forma de los poderosos.

 

Solamente esos ríos pueden correr

sin que los persiga una milicia de sombras

y muchos animales creen que son demonios.

Ellos también tienen la costumbre

de pisarte los talones.

 

Te digo que nadie nos quería

y el desamor, amigo mío,

hace desaguar a los ríos en cualquier parte.

 

Ojalá nos persiguieran sombras o animales

antes que esos demonios.

 

En los torrentes de sangre

nadie se atreve a nadar

por miedo a la mordedura de un pez oxidado

o a que te rocen esos cuchillos,

pero no falta el que cierra los ojos y se mete,

y los demás repiten, repiten.

Hasta puede resultarles dulce,

fácil de flotar, gelatinoso,

tibio como los perros amarillos de la calle

que siempre miran hacia atrás

a ver si los persigue un país de milicos.

O dos.

 

Vamos, que si te odian los odiados

no es amor, es matemática.

Y rezamos para que no se repita.

 

Los milicos me enseñaron a odiar tus países.

Por suerte no aprendí.

Aunque me persiguieron, no aprendí.

 

Y eso que muy pocas veces tuve suerte rezando.

 

© Daniel Calabrese

 


Picaflores

 

Antes de correr la cortina frente a las calas

la velocidad se congeló en el aire.

Primero fue uno borroneando las alas

en el hilo desatado ante un gladiolo.

El otro cayó al lado en rebote pausado

y giraron trenzando el tallo de la tarde.

 

No los habías visto hasta entonces. Luego

leíste que tienen corazones enormes

para el tamaño diminuto de sus cuerpos.

 

Y también

que mueren de quietud durante el sueño.

 

© Osvaldo Picardo

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8 comentarios:

Blogger Mirian Rosana Farias ha dicho...

Hermosos poemas.
El del colectivo me hace solidarizar y rezo con ella.
Gracias Poetas

Gracias por existiir

1 de junio de 2025, 15:16  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Tres voces muy valiosas. Gracias, Gustavo, por permitirnos invitar. Felicidades, Silvina Vuckovic

1 de junio de 2025, 16:17  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Excelentes poemas.
Gracias Gustavo por esta posibilidad.
Ana Romano.

1 de junio de 2025, 17:25  
Anonymous nora quiroga ha dicho...

Excelentes poemas, Gracias Gustavo y Silvina por traernos una poesía y poetas que no conocía de una encarnadura muy especial. Abrazos

1 de junio de 2025, 17:43  
Blogger Liliana Corredera ha dicho...

Gracias Silvina!! Excelentes poemas!! Ancalao me conmueve!! Calabrese es profundo como Picardo!! Liliana Corredera

1 de junio de 2025, 19:31  
Anonymous Graciela Ballesteros ha dicho...

Qué decir..qué enormes poetas. Bienvenidos y gracias a Silvia por acercarlos ♥️🦋

1 de junio de 2025, 19:51  
Blogger Alfredo Lemon ha dicho...

Bravo Ancalao!
Fuerza y compromiso Calabrese!
Gracias Silvina por ofrecerlos
Saludo desde Córdoba

8 de junio de 2025, 10:50  
Blogger Sandra ha dicho...

Gracias poeta querida por este aporte! Enormes poetas! Abrazos litorales para vos y para cada uno!

16 de junio de 2025, 15:44  

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