La niña-mujer
La niña-mujer
no siempre responde a cada gesto del espejo.
El espejo
aumenta la mirada de lo prohibido.
La sonrisa se borra en los ojos.
Los ojos de insomnio, de angustia guardada
de caminar mil veces por la cornisa negra de la duda.
Esa maraña que cae
renueva lo nacido
lo crecido
por afuera
desde adentro.
Todo le llega en el instante justo.
Aún la visita del fantasma disfrazado de alegría.
Es necesario abrazar el madero.
© Miry Sarkis
El espejo aumenta la mirada de lo prohibido. Me encantó la potencia. Gracias!
ResponderEliminarMuy amable por tu comentario. Miry Sarkis
EliminarMe gusta mucho este poema y ese fantasma.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario! Miry Sarkis
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