Un viento tibio en una tarde tibia.
Viajamos para quebrar el sitio.
Debajo de este ceibo
el golpe de la brisa en mis oídos
promete algo más de bienestar.
El ritmo del agua se acopla al del aire y tejen
una red de litorales.
Caminamos sobre el pasto para agotar el mito.
No somos distintas, solo tocamos
un cielo por casualidad.
© Valeria Cervero
Precioso como flor de ceibo. Gracias, Irene.
ResponderEliminarHermoso poema, me hiciste ver/tocar ese ceibo!
ResponderEliminar"caminamos por el pasto para agotar el mito"... bella metáfora
ResponderEliminarUn "locus amoenus" total. Abrazo Valeria
ResponderEliminarExcelente Vale 🖤
ResponderEliminarBuen poema Valeria.
ResponderEliminarLos dos versos finales dan el broche.
Ana Romano.