Pandemia
Esta ficción incierta
confunde los días
en las indecisas madrugadas.
Hay máscaras que absorben el paisaje
y nos devuelven
rostros enajenados
espejismos fantasmales.
¿Cómo cambiar el vuelo de los pájaros
para que retroceda el tiempo
y vire la vida de la sombra a la luz?
Cincelados en las tinieblas
entrampados en la
genealogía
del miedo, desplumados.
Sólo polvo que se resquebraja
en cada suspiro.
Ningún refugio aloja esta marea de tristeza
de dolor, de nostalgia, de sonrisas clausuradas
y despedidas desiertas.
Sólo jirones desafiando
la fugacidad de la vida
¿y el cielo?
© Nora Patricia Nardo
Recordar esos tiempos me da escalofríos...
ResponderEliminarY fue claustro definitivo para muchos y final para otros tantos. “Sonrisas clausuradas”
ResponderEliminarY así fue.
Sonia Quevedo
Tan presente que aún duele... y por eso conmueve! Bello!
ResponderEliminarMuy bien expresa tu poema el sentir de ese tiempo angustioso que como humanidad nos tocó vivir y sufrir. Las secuelas psicológicas, económico sociales aun se padecen.
ResponderEliminar¿y el cielo? ...
Saludo desde Córdoba
Bello poema, Nora. Fuerte el final.
ResponderEliminarQué conmovedor tu poema. Aún duele... dijimos que volveríamos más humanos..¿Será que no miramos el cielo?
ResponderEliminartan dolorosa situación, en un bello poema.
ResponderEliminarAnahí Duzevich Bezoz