BOLERO
Ámame con los ojos y las manos. Vuelve a mi pelo, a mi
pulsión
sobre la sombra erguida de los eucaliptus.
Algunas veces llueve en mi jardín y el viento mueve la copas
y las ramas de la noche como un amante, amando.
Los precipicios de la melancolía son domingos
en ritos de familia, en lento
atardecer
donde lo perdido alguna vez, vuelve a tropezarnos.
© Elena Garritani
Me encantó!!!! Gracias!!!!
ResponderEliminarSon domingos de ritos en familia... Muy bello
ResponderEliminarTristeza y desesperanza. “triste domingo”
ResponderEliminarSonia Quevedo
Un abrazo musical. Si hay poesía en las canciones, claro que hay música en los poemas!
ResponderEliminarA tan hermosos mensajes y que adhiero, digo solamente que el final del poema es tambien un tropezón para el lector.
ResponderEliminarUn par de versos finales que dibujan una realidad que puede ser de muchos. ❤️🦋
Muy bueno tu poema Elena! Beso , Amalia Abaria
ResponderEliminar