Poema de Diego E. Suárez
EL ESPEJO DE MADERA
En la avenida
vimos ascender a un hombre.
Abrazaba una guitarra.
Se acercó al oído del chofer,
se deshizo en disculpas
y nos empezó a cantar.
Cruzamos el puente al son
de cumbias románticas
arremolinándose en el viento
que entraba por las ventanillas
y agitaba cortinas de mala vida.
Ese hombre sensible
pidió una colaboración
y dio las gracias
a las manos que aplaudieron
y a las que le entregaron algo,
su bendición.
Ese hombre sensible
tocó timbre y al bajar
lo atropelló una moto.
La guitarra
fue un espejo de madera
haciéndose trizas
bajo las ruedas del cole,
que siguió su recorrido
con suma indiferencia,
es decir, con total
normalidad.
© Diego E. Suárez
Etiquetas: Diego E. Suárez
5 comentarios:
Tantas historias se repetirán alrededor de los puntos cardinales en este mundo al revés. Me encantó su final. El necesario y verdadero. ♥️🦋
El mensaje anterior es mio Graciela Ballesteros..disculpa pero me emocioné
Tu mirada es lo único que nos habla de no perder la humanidad, de no normalizar. Qué triste!
Ser tocados por lo que nos rodea y decirlo en un poema... para que no se pierdan, para que no se olviden esas historias... bello...
que triste y bello poema
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