SILENCIO
no le costaba nada
había regado cada una de las plantas
había lavado hasta el último
mosaico empecinado
ya una mañana de café
en el sopor
empezaba a difuminar la bruma
de sueños sin relámpagos
podría envalentonar a los cobardes
quebrar el día de los solitarios
manejar los hilos de
lo que vendría
cabalgar la aventura
romper ese destino merecido
frente contra la pared
a cabezazos
solo era cuestión de ser sincero
encaramarse sobre los dichos
francos
y atreverse a decir alguna vez,
simplemente te amo
no halló manera de desatar los nudos
se recostó esperando algún milagro
y el tiempo pasó de pronto
como siempre inabarcable y sabio
© Beatriz Puertas
Muy cierto y logrado Beatriz. Saludo desde Córdoba
ResponderEliminarSi. Es dificil desatar esos nudos...a veces imposible. Pauli
ResponderEliminarGracias Gustavo y otros lectores.
ResponderEliminarImpactante Beatriz! Me encantó! Gracias
ResponderEliminarFelicitaciones Beatriz. Silvia Crespo
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