Yo la vi
Yo la vi
posar sus manos simples sobre la frente del pequeño, inerte.
Yo la vi
cubrir con sus alas transparentes los llantos antiguos del
alma rota.
Yo sentí el peso de
su esencia clara
sobre el costado frío de la cama,
y el vértigo profundo
que su figura en la niebla
imantaba.
Escuché el temblor de las campanillas cuando el dolor
liberaba.
Yo vi
su sonrisa plena,
la vi
mirarme etérea
y vi
su belleza diluida en la calma de la noche que se iba.
Yo la vi
despertar
a esos ojitos negros
aquella madrugada.
Desde entonces
creo.
© Alicia Loza
Sutil claridad de la creencia (o aparición). Muy logrado por la sensibilidad que trasmite.
ResponderEliminarAdemás, bien ajustada la forma de los versos.
Gracias Alicia, abrazo
Precioso y conmovedor
ResponderEliminarLeonor Mauvecin
Hermoso querida Alicia
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