Arrebol
Sonríe sin prisa el viento norte.
Un arrebujo acalorado
se encresta desde
los campos hasta la orilla.
El río perdió sus sandalias
baja descalzo y embarrado.
Las horas transfiguran el paisaje
sin perder el baño bermellón.
El cielo se ruboriza
mientras lo miro
echada sobre el pasto.
Las pocas nubes
se desperezan y escapan.
En la profundidad del verano
el atardecer me regala
una tajada de sandía.
© Gladis Domínguez
Buenísimas imágenes en este poema. Da ganas de estar allí.
ResponderEliminarExcelente, Gladis.
Bello Gladys, abrazo Marta como
ResponderEliminarGladis, brillan las imágenes en esta poesía. Me gustó. Cristina Noguera
ResponderEliminar¡Muchas gracias Gus!
ResponderEliminarGracias a todos por leer y comentar 🙏
Buenas imágenes Gladis.
ResponderEliminarAna Romano