Rememoración
Barcas encendidas de codicia
navegan contra viento febril
hasta la gran boca del agua.
Deslumbra lo desconocido.
La hondura de la tierra
presiente al cazador innoble.
Espadas siegan el sueño.
Por gloria de otro dios
izan los rojos pectorales.
Puños de luna y barro
embisten desde los juncos.
La barbarie domina el río.
Relincho del potro
estremece las orillas.
De aquella sangre, el pueblo.
Una cruz al sur, su historia.
Herencia de sol, al norte.
Hoy el río ondula otras voces.
Sobre una cabellera de islas
aún posan pájaros del ayer.
El polvo de la noche cubre
mondaduras de olvido.
© César Bisso
Hay imágenes tan violentas que se suavizaron en la voz poética. Muy bien logrado ese clima de fundación mítica. Bravo.
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