RACHAS
Esos días donde las cosas, más que nunca, se ven atraídas
por la fuerza de gravedad, y se nos van de las manos, estallan contra la dureza
que les devora las formas. De algún modo, ellas provocan su final. Empieza con
un vaso, le sigue un plato; una taza del juego que te regalaron y vos nunca
usabas; un objeto de cerámica que hasta ese momento no significaba nada. Ni el
clima, ni las estaciones tienen que ver con esto, es como si un maleficio
despierta de repente y todo se desencadena. El tacho de basura espera sus
restos como una fosa común. La lámpara del baño, y a esa, otra de la cocina,
hasta que vos no querés prender ninguna por miedo a quedarte a oscuras para
siempre. Así enero, y esos seres amados que fueron partiendo. Huecos que la
memoria no alcanza a rellenar, Uno sabe que lo de ellos es definitivo, no te
sale pensar qué energía, música, o frecuencia se los lleva, y termina
repitiendo frases hechas. Entonces viene ese dolor mudo y ciego que te queda en
el cuerpo sin permitirte dejarlos descansar en paz. Uno, como puede, se abraza
a ellos e inventa modos de celebrarlos, porque sabe que la tristeza no ha de
servir para nada.
© Patricio Emilio Torne
Estupendo, muy bien dicho
ResponderEliminarAbrazo, Patricio, gracias por tu poema
ResponderEliminarGracias por el poema, Patricio, abrazo, Catalina Boccardo
ResponderEliminarMuy bueno, escrito en prosa poética. Me gusta la analogía de representar la muerte de los objetos con la muerte de seres queridos. Saludos
ResponderEliminarJuany Rojas
Espectacular!! Esas "rachas"...el dolor que perdura tras las pérdidas. Gracias Patricio
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