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11/12/24

Poema de Celina Feuerstein

 


En un pueblito al norte de Japón

el teléfono negro del señor Susaki

habla con los muertos

a través del viento

 

No sabe el señor que un gran tsunami 

muy pronto va a cubrir todo Otsuchi

¿Intuirá algo

 su viejo corazón?

 

Una mañana fría Susaki sama

sube al cerro. El sol rebota en la nieve

y un halo de luz sagrada

envuelve la cabina

 

Brilla el teléfono. Lo veo. Brilla

 

Se ilumina el cerro y

me pregunto:

cuando ya no quede nadie

¿se oirá

el sonido de las voces?

 

Yo como el anciano japonés

quiero creer que el viento

o una brisa suave o

el fuego en la boca del sol

traen

las voces de mis muertos

 

vienen y van

a veces vuelan otras

es un viaje en tren

y si no llegan si

las voces duermen y me olvidan

viajo yo

atravieso nubes y montañas

voy a su encuentro.

 

© Celina Feuerstein

4 comentarios:

  1. una preciosidad, gracias, vero.

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  2. De dónde viene esa llamada? Del viento? De los que ya se han ido? De lo que sucederá más adelante?
    Muy sugerente tu poema Celina. Gracias! Alfredo Lemon

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