Para cazar al armiño
lo espantan hacia la ciénaga:
el animal nunca ensuciará
su piel blanca.
Veleidad,
supervivencia,
el mandato oscuro
de lo claro,
de lo profundo,
de lo que no puede mancharse,
¿quién de ustedes
puede cuestionar
las razones del armiño?
© Néstor Fenoglio
Nadie puede
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