La huella olvidada
Subiste los cerros
por la huella
de antiguos habitantes,
junto a ruinas de piedras
a través de las quebradas.
Detuviste los ojos
en un mundo
alimentado por larvas
poblado de chañares y algarrobos,
la punta
donde nace el viento.
Algo te habló
en la soledad del monte
iluminó tu regreso.
Algo te acompañó
cuando bajaste
por senderos ocultos
entre arroyos
de agua clara
y abriste la puerta
para quedarte conmigo
un poco más,
esperando la mañana.
© Mabel Sierra Karst
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