Tía a sobrino pequeño
Todo tu cuerpo entraba en una mano.
Yo te tenía bien firme en mi palma
y te daba unas gotas de la fórmula
mientras ella trataba de dormir.
No puedo hablarle a nadie
como te habla a vos.
Pero ahora que ya casi tenés ocho
al charlar de la escuela o de la Play
siento que me das la oportunidad
de practicar un tono parecido.
Es un juego que siempre acepto,
música cada vez más divertida.
© Daniela Camozzi
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