Débiles rayos de sol
entran por la ventana.
A lo lejos detrás de los árboles
el sol me espía
creo que me saluda,
muy despacio
voy acompañando el atardecer.
El pino de enfrente se llena de pájaros
buscando refugios.
De pronto la noche vistió el paisaje
y supe que llegó la hora
de peinarme, ponerme el mejor perfume,
pintarme los labios
y con una sonrisa esperar la soledad
© Blanca Galbiati
Buen poema Blanca.
ResponderEliminarEl verso final contundente.
Abrazo.
Ana Romano