Parí un dolor que me apretaba
las costillas desde mis antepasados.
Ahora me persigue una melodía
entre jotas y tarantelas,
pero a la par vivo este puerperio
con alivio.
El ADN tiene memoria;
por eso
arrastramos tantas cargas foráneas.
Y mientras me hundo en las arrugas
refloto las astillas de ellos
para enterrarlas en la tierra
(y que de una
vez por todas se mueran).
Siento que la nieve ya no trae
estalactitas de otros
y que son mis propios
fuegos
los que derriten la
escarcha.
Esta noche cuando mire mis sábanas,
mis ojos podrán ver mi ombligo,
y ya no llevaré mi mochila con piedras ajenas.
Espero que mi linaje haga lo mismo
mate,
entierre
y olvide
esas cargas
las
mías,
que seguramente irán conmigo hacia allá
hacia
otras vidas.
© Vanina Suárez
Profundo, muy bien dicho Vanina. Alfredo Lemon
ResponderEliminar