Escribo en una especie de gran patio,
en el lujo espacial, frente a un estanque,
perplejo y aliviado,
por la alfombra de insectos transparentes
que esta mañana flotan en el agua y que hasta ayer
volaban. Son millones de alas
como los del poema Los Chayules en el lago
azul de Nicaragua. Los que están en el suelo
la brisa los ha ido amontonando
en un pequeño cerro quejumbroso
listo para barrer. Es octubre
y lo que ya tendría que llegar
no llega. Se cuaja la distancia
entre lo que amenaza y el poder
de esgrimirlo.
Uno no está impedido de vivir.
Justo antes de salir a consultarle
al que todo lo sabe
oyendo la dureza de los ciclos
supe encontrar mi fe.
© Mario Nosotti
Dureza y belleza de los ciclos que sostienen la esperanza de que aún hay cosas que se cumplen.
ResponderEliminarLúcida prosa poética, descripciones nítidas captan el momento y su reflexión. Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarHermoso poema Mario, saludos cordiales desde Chivilcoy. Daniel Casas,
ResponderEliminarHermoso poema Mario. Qué placer!
ResponderEliminarDe excelencia. Gracias. Irene
ResponderEliminarHermoso poema. Gracias!
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