La neblina teje
con hilos de agua.
¿Sabe la tejedora
el punto que despliega ese velo?
Agrisa el paisaje y trabaja.
Bajo su manto hojas, insectos,
huevos de ranas.
Todo se esconde.
¿Sabe la tejedora los hilos
(de sutil quebranto)
necesarios para ocultar la presa?
Un chapoteo rompe el silencio
como un aplauso.
Hay ojos en el agua.
© Mariel Monente
¡Cómo me gusta este poema, Mariel!!! La tejedora espera, tremendas imágenes.
ResponderEliminarAbrazo grande,
Alicia Márquez
Todo se oculta... Un chapoteo como un aplauso. Excelente Maiel. Abrazo. Dolores Pombo
ResponderEliminarGracias !
ResponderEliminarGracias Alicia por tu lectura! Gracias Gus por la publicación!
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