Fueguitos pistoleros
Pisada animal
y jolgorio
era eso
que fue haciendo un camino entre los árboles.
El truco está en ocultar la huella.
No armar la carpa.
Prender el fuego con pequeñas ramas secas
-que no hagan humo, que se consuman enteras-
luego desparramar las cenizas.
Así pasamos un verano entero.
A veces dejamos las mochilas en los arbustos por andar
ligeras
y dormimos al sereno
-que el diccionario define como:
Estar bajo la influencia de la atmósfera
a la noche a
la intemperie.
Lo cierto es que le inventamos sentidos
al cielo que fugaba entre las ramas
y al otro día despertamos
con pequeñas orugas verdes en el pelo.
© Leticia Hernando
Bellísimo poema.
ResponderEliminarHermoso poema!!!
ResponderEliminarHermoso poema!
ResponderEliminarQué bello
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