El espejo tiene sed.
Si miro su ojo salobre,
veo una figura inversa,
un inverso gesto, una foto de la nada
que se esfuma hacia los biseles.
¿Quién está tras el azogue?
¿Quién enseña los gestos
que se esfumarán en el aire?
¿Quién apoya una mano en el hombro
del vidrio cóncavo y acaricia el aire detenido?
¿Quién, mientras la pregunta tiembla
en un mundo sin espejos?
© Patricia Coto
Las últimas preguntas de tus párrafos inquietan e interpelan. "Tiemblan" en ese mundo de espejos que el propio poema nos brinda. Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba
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