Contar
Un hombre bueno es difícil de encontrar, escribió Flannery
O’connor.
Un hombre bueno te trataba bien, te cuidaba,
“sostenía” el hogar, no tenías angustia, vivías bien,
veraneabas,
no dejabas a tus hijos en guarderías.
Gustaban de tu paciencia, de tu comida, de lo bien que
cuidabas a los chicos,
de tu silencio.
Las fiestas a poco de iniciadas se dividían en hombres y
mujeres.
Nosotras les festejábamos, cómplices, sus transgresiones.
Como tengo memoria recuerdo algunas:
“cocina moderna, para la mujer fácil”,
“bien que te gustó quedar embarazada”,
“en mi casa, lo que no hago, lo pago”,
Todos y todas se reían de la zorrita, de la solterona, del
cornudo,
de la Pajarita de México que no quiere bailar golpeada el
reageaton.
Un día rompí vidrios, maltraté.
Me veo declarando en el juzgado.
El buen hombre acompañaba a la loca,
por lo hijos, por el bien de la familia.
Las que vivimos para contarlo, contemos.
© Elena Garritani
Ups,,qué fuerte, difícil pasar por su lectura sin cuestionarse.
ResponderEliminarY las que vivimos situaciones maturalizadas de esa indole.De alguna forma tenemos que decirlo.
ResponderEliminarNo tengo la respuesta. Por la vía del conocimiento. Significar el pasado desde el presente. El.lastre queda pero se escribe con el pasado decia Borges.
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