SUBTERFUGIO
Donde me pone fósforo la mañana
me descascaro huevo,
invento la duplicidad de otro cuerpo,
oscurezco su reflejo,
y la lluvia de la ducha
me recibe a cascotazos,
con clavos de punta oxidada
y un mal humor a frío
que atemoriza y constipa hasta el lenguaje.
Siempre las puertas dejarán tras de sí
la radio encendida, la taza con café a medias,
mi voz hundida en sábanas negras,
destartalados huesos del despertador
sobre la cómoda o el ropero,
o la mesita de luz a oscuras.
Aislado del mundo,
puedo sentirlo sueño y reescribirlo
en la subterránea ciudad de un libro,
con ojos hacia adentro,
y la libertad encerrada afuera
en un cuerpo que no es mío,
camino a la oficina.
© Darío Oliva
Excelente poema Darío, escrito desde lo visceral. Destaco "en la subterránea ciudad de un libro", maravilloso verso. Bravo!!
ResponderEliminarExcelente Dario!!!
ResponderEliminarCristina Noguera.
ResponderEliminarQué poema precioso/ preci
ResponderEliminarQué poema precioso / preciado/ apreciado: por lo dicho y la poesía conque está dicho.
ResponderEliminarTodos / as / es sentimos muchas veces el ahogo del trabajo, la urgencia de un respiro.
Felizmente jubilada hace ya un tiempo, digo gracias.
Verónica M. Capellino Rando