Concepción
Hostigada…
por ritos ancestrales,
abandonó el vestido y las sandalias
para adentrarse en su celda de piedras.
Confundida…
por espejismos de su era,
descansa en el rígido capullo.
Desnuda…
como en el vientre de su madre.
Atrapada…
en una pirca de zozobras.
Descalza…
sostiene las ruinas de su muro.
Ahogada…
con el agua de sus lágrimas.
Muda…
en el inquebrantable silencio de las rocas.
Parirse a sí misma es cavar profundo,
cortar el cordón de los pretéritos,
gritar hasta romper en llanto,
bautizarse con motes nuevos…
Ser hija de la decisión que la renazca,
en la libertad del propio universo.
© Beatriz Belfiore
Muy bueno y contundente Beatriz. Alfredo Lemon
ResponderEliminarHermosa poesía
ResponderEliminarMe encantó Beatriz!
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