Páginas

31/8/24

Poema de Ana Gervasio

  


ORACIÓN


mi madre me pidió que llevara flores a la tumba de mi padre.

le dije que sí pero pasé por el jardín y no las corté.

ya demasiado sangraba nuestra herida,

no quise lastimar la belleza que brotaba en el derrumbe.

dije que sí, llevo las flores. pero no.

 

en cambio llevaba la melancolía inmensa

 de esa hora en que los grillos comienzan a cantar.

 llevaba, también, la desesperación. la noche aterradora.

el camino era áspero pero las hojas de los árboles brillaban.

 

en lugar de flores llevaba en mis manos una casa,

la resonancia de unas voces que ahora desconozco,

cuerpos rebosantes de amor. equilibristas azarosos.

la inocencia desmedida. paisajes que se deshacían como frutas.

 

 en lugar de flores, el corazón de mi madre latía entre mis dedos.

 

 miradas de pequeñas criaturas asomaban en la hierba,

 limpié la maleza que cubría la tumba de mi padre.

 dejé sobre ella las flores que no eran.

 

un viento suave las encendió. los grillos cantaban.

 

[¿de qué color eran las flores que llevaste?

eran blancas, mamá. parecían de nácar y fulguraban]

 

© Ana Gervasio

13 comentarios:

  1. Delicada belleza en tu palabra...
    Siempre sutil, siempre grácil... Saludo desde Córdoba, Alfredo Lemon

    ResponderEliminar
  2. Muy hermoso. Abrazo grande. Inés Legarreta.

    ResponderEliminar
  3. Nostalgia por lo perdido y delicadeza del homenaje de flores en el alma Ana !!!! Gloria Arcuschin

    ResponderEliminar
  4. Hermoso poema... lo que llevamos a una tumba... todo eso que nos habita, que va con nosotros...

    ResponderEliminar
  5. ¡Uy! Acá, en medio del alma me resonó tu poema...

    ResponderEliminar
  6. Tremendamente bello y profundo ! Puro lirismo !

    ResponderEliminar
  7. Sublime belleza Anita hermosa 🫀

    ResponderEliminar
  8. Hermoso y delicado

    ResponderEliminar
  9. Ufff...tremendo! Termino de leer tu poema con el corazon en la mano

    ResponderEliminar
  10. Maravillosas letras que klenaron mi alma. Describir el inmenso dolor con tanta dulzura es un arte. Analía Ortíz.

    ResponderEliminar