COCHEMOTOR
A la una y media de la tarde
pasaba el cochemotor
que iba a Cerrillos.
Nunca supe adónde más llegaba
Era esa la única estación
que existía para mí
Esperaban las moras blancas
y las negras mis preferidas
la boca manchada
igual con las acequias
de aguas chocolate
¿Cómo ensuciarme ahora
imaginar el mundo
y encontrar el cochemotor
de solo un destino conocido?
© Sara Mamani
La memoria es eso, muchas veces, esperar un fantasmal cochemotor que nos lleve a alguna parte. Buenísimo! Un abrazo.
ResponderEliminarAlicia Márquez
Sara, qué hermoso poema y encima con esas moras esperando!
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