Me rodea el cuerpo
lo difuso.
Lo difícil.
Está en el afuera
de una desesperación
atada al canto.
Viene.
Insiste en cubrirme.
Tomarme.
Subirse a mí.
Adherirse a la piel
Penetrar.
A las paredes internas
de la piel,
a las mucosas
ansiosas.
A iniciar el recorrido,
por la sangre.
A tragarme
célula por célula,
a lubricarme
la lengua,
la faringe,
el pecho.
Me calma.
Llegará a cada zona
de los pulmones
punzón que queme.
con un susurro
de esfuerzos inhumanos.
Porque el aire no es gratis.
© María de los Ángeles Fornero
Bellisimo.. tanta cadencia y el final sorprende. Me encantó ♥️🦋
ResponderEliminarBellísimo y poderoso Ángeles. Admiro tu escritura bella y sensible.
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