El ombú del filatelista
Parque
Rivadavia
Hay un lugar vertical para la infancia,
un encantamiento de alturas,
un sitio de sombra espesa,
de aventuras embarradas, infinitas.
Una corteza de hojaldre,
escalera imaginaria hacia tus ramas.
Mástil de navío,
fuerte irreductible, guarida,
soporte de una cuerda en plena selva.
Antiguo testigo de tanto juego
y tanta catástrofe inventada,
más de un siglo de nidos
en tu telaraña verde.
Vendavales y sequías
solo han madurado tu linaje.
Enigma de raíces ardientes
que guardan el secreto
de todos aquellos que a tu resguardo
se han besado.
Continente vasija que alberga
a los solitarios bajo su paraguas.
Ramo de novia
para una plaza radiante,
símbolo, recuerdo, un pedazo de pampa
en pleno asfalto.
Monumento de noble madera,
regimiento de pájaros.
Paisaje y huella,
memoria de mis abuelos y mis padres.
Tal vez, algún día mis nietos
me recuerden allí sentada
velando sus correrías niñas
y tu eclipse de hojas y años.
© Gabriela Delgado
Muy bueno Gabriela. Gracias! Alfredo Lemon
ResponderEliminarPampa en pleno asfalto !!!
ResponderEliminarHermoso texto!
ResponderEliminarHermosoooo
ResponderEliminarLindo poema, Gabriela
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