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12/7/24

Poema de Alicia Márquez

 


Mi abuela Carmen besaba el pan duro,

antes de tirarlo a la basura.

Era un gesto de agradecimiento,

y seguramente, de recuerdo del hambre.

Después, yo la imitaba y besaba el pan

como se besa a un gorrión muerto.

Muchos años más tarde, mi abuela Carmen

ya no besaba el pan duro.

Lo ponía en una bolsa, y la mantenía muy firme

entre sus manos.

Cuando llegaba visita, metía la mano en la bolsa

y ofrecía un pan

porque, al venir de lejos, seguramente

los visitantes estarían famélicos.

Algunos, los más sensibles, aceptaban el pan

con una sonrisa.

Otros, también con una sonrisa, le decían que no.

A esos, mi abuela no los miraba más.

 

© Alicia Márquez

6 comentarios:

  1. Me conmueve Ali, en mi casa también besaban el pan, luchaban por sus sueños extrañaban otra tierra.

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  2. Bello Bello. Me hubiera gustado conocerla. Flora L.

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  3. MUY BUENO!!
    Saludos.
    Anahí Duzevich Bezoz

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  4. Margarita Soto Frossard30 de julio de 2024, 8:38

    Hermoso Alicia, recorrí mi niñez!!!

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  5. Bello, conmovedor, empático. Gracias

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