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20/6/24

Texto de Mónica Glomba

  


Bitácora de Ventanas


Lunático enero

que  se trepó por las escaleras y abrió las ventanas que pensaba cerradas

Plenilunio de Castañeda, Artl,  tango en los rincones y una copa de más para encontrarme con Discépolín abrazando al general

Esta noche me emborracho, escuchando un blues,

un viejo perro reniega de su suerte de nómade

 y ciertas páginas de libros sacuden  protagónicos, mientras  alguien husmea en hojas amarillentas impregnadas de desarraigo y olor a aguardiente

La tristeza de los solos que se  convidaron a reír,

 y vaciaron  sus latas de cerveza en el tacho de los reciclables...

Ceferino Namuncurá espera extrañado una visita nocturna mientras damos vuelta en círculo cuál caballito de la noria, haciendo trincheras que nos tapa las cabezas y hasta los oídos

A veces escuchar suele ser perjudicial y sostener el silencio una excusa necesaria para no mirar

Y aun así nos salva,

Aun así la luna nos salva

Y la sangre convoca a regar las raíces y esperar

Esperar que las semillas abran y nazca algo  sin avisar

 

© Mónica Glomba

3 comentarios:

  1. Esa semilla que siempre brota. Así lo siento también. Gracias, hermosa tu poesía. Saludos.

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  2. Vamos por esa semilla esperanzada Mónica! Salute por ese plenilunio, aquella música de borracheras! Y por la tristeza de los solos que se convidaron a reír! Gracias por tu poema celebrante. Alfredo Lemon desde Córdoba

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  3. Excelente!!! Las semillas darán su fruto.Bravo!!! P.Graziadei (Chivilcoy)

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