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26/6/24

Poema de Mary Coller

                                              


                     a Beatriz Vignoli (producto de un

                           taller que hicimos con sus

                               lecturas, había que inventarle

                                                           una biografía)

 

Beatriz nació de la oscuridad.

Casi al nacer, el líquido amniótico que

la bañaba, se manchó de negro.

Nadaba en una panza marítima

con los ojos abiertos

alrededor de un cordón gordo y prepotente.

De golpe un día su propio meconio

se le pegoteó en la cara y el cordón

de su existencia latió despacio

envuelto en lo oscuro y pegajoso de la mierda.

Afuera el mundo resignado

de su madre, le daba señales a

su cuerpo,

y la boca de Beatriz se llenaba

del agua viscosa de la pena.

A veces el destino es un segundo.

Tenían palabras escondidas

las vísceras dolidas de su origen,

que llegaron hasta ella por

la sangre,

y no había forma de esquivarlas.

Una poza intentó

tragarla hacia la noche.

Pero ella empujó el sacro como

un pez seco bajo el barro,

y salió por fin de ese cuerpo lastimado.

Ahí supo que esa mierda no era propia.

Tienen aire sus palabras

escupidas entre versos. Luz y sangre.

Pero todas llevan la mancha negra del meconio.

 

© Mary Coller

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