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28/6/24

Poema de Marisa Martínez pérsico

  


EN UN VESTUARIO DE NAANTALI 

 

Después del sauna

voy allí

donde generaciones de mujeres

van sacándose

las botas o las bragas.

 

Hay un desfile

de piernas de gacela

de cuellos arrugados, celulitis

tatuajes de ideogramas

o delfines.

 

El clima es agradable

y tenemos la suerte

de no estar

en un campo de exterminio.

Mis zapatos me esperan bajo llave

en un armario propio

y no

en una pila anónima.

 

Reconozco

a la chica del pubis pelirrojo

a la anciana del rostro compungido

los glúteos de una joven

la inglesa con su tanga y cavado brasileño

enseñando hasta el clítoris

la rubia finlandesa que agita sus pezones

si se peina el flequillo.

 

Me miro al espejo de pared.

Se ven mis accidentes, decisiones,

los signos del amor.

Mi lunar al ombligo. La cesárea mal hecha.

El esternón dañado por el golpe

de un cinturón de cuero, cuando niña.

 

¿Es la errancia

de un dios inaccesible

que va sembrando huellas

en los cuerpos?

 

La piel cuenta la historia mejor que las palabras.

Pero no permanece.

 

© Marisa Martínez Pérsico

4 comentarios:

  1. Potentísimo tu poema y meticuloso en su amplia descripción.
    "La piel cuenta la historia mejor que las palabras". Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba

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  2. Excelente poema. Felicitaciones.

    Alicia Márquez

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  3. Es así. En la piel queda la historia. Gracias y abrazo, Inés Legarreta.

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