Sepia
Tengo un miedo ancestral hacia las sogas.
Desde hace mucho me persigue el temor por
las cosas que atan,
tal vez porque nunca entendí lo que me
mantuvo sujeta al abandono,
al igual que la hamaca de una plaza
inmóvil en la brevedad del minuto,
en el hábito de anochecer.
Las plazas en la oscuridad pueden ser muy
siniestras.
El pasto pisado intenta una resurrección
que no concluye,
el subibaja se adhiere al piso con la
insistencia de una ventosa,
la calesita quieta,
el perro dormido bajo el pasamanos.
Todo puede ser albergue para el desatino,
incluso en un lugar sin paredes.
El tiempo ensaya una geografía distinta
para cada historia,
una escala arbitraria donde se encarnan los
traumas,
ademanes y herencias.
El terror busca la salida en un fondo que
no conoce.
La violencia de las fobias tiene ese tono
de las fotos viejas.
© Marina Coronel
muy hermoso, fuerte y expresivo! gracias por compartir
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