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14/6/24

Poema de María de los Ángeles Fornero

  


Julius Fucik podía percibir

un campo de violetas

entre los muros

desde sus escritos

en las cárceles alemanas

de Praga.

 

Las olía desde los pasillos

de la prisión

y las podía traducir

en el amor a los latidos

mientras caminaba hacía

la horca.

 

Fucik celebraba la vida

de otros

mientras la ira de la hidra

le arrancaba la propia. 

 

© María de los Ángeles Fornero

3 comentarios:

  1. Precioso poema!!

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  2. Sentido homenaje. Muy bien dicho. Alfredo Lemon

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  3. Qué suerte poder recordar a Julius Fucik, y qué poema fuerte. Gracias

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