En el recuerdo apenas alcanzas el borde de
la mesa levantas los ojos
y sobre tu cuerpo cae una oscura lluvia de
gritos
las palabras penetran tus ojos cuando
corres sin fuerzas a orillas del día y el rostro del desamor tatúa la siesta
el desamor se relame
se endurece para siempre en el niño que
apenas alcanza el borde de la mesa
© Ernestina Elorriaga
Muy hermoso poema!!
ResponderEliminarInmenso poema, me conmovió y se nublaron mis ojos..
ResponderEliminartan breve como certero tu poema, Tina. Un abrazo.
ResponderEliminarDesgarrador. ¡ Gracias poeta¡
ResponderEliminarImpecable y triste. Marcelo Valenti
ResponderEliminar