Cuando tenga los ojos pobres
se dorará el verano.
Campanas más verdaderas
tañerán mi nombre.
Ah…Existimos
en hábitos de arcilla
y en usos del otoño.
Ejercitamos el barro.
Nos probamos los sueños.
Y nunca hartos de sol.
Taciturnos
ante el mármol,
esa sombra
ese rocío de lo eterno.
Levantamos
estatuas de largos días.
© Alfredo Rescia
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