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29/5/24

Poema de Laura Elena Bermúdez Tesolin

  


Caminabas

sobre la misma orilla de arenas blancas

 donde un día te encontré.

 El sol iluminaba tu rostro bronce

 y el viento marino enredaba tus cabellos.

 Eras como un dios del olimpo.

 Me acerqué a vos.

 Por el gesto de satisfacción

 te alegró volver a verme.

Hubo un instante breve de duda,

 y nos abrazamos fuertemente.

 Había pasado tiempo

desde aquel verano

 que ardimos bajo la luna clara

 y en la orilla sobre la arena

 hicimos el amor.

 Mis ojos buscaron conectarse

 con los tuyos

 y comenzamos sin discreción a mirarnos,

 las manos,

el torso, las piernas, los labios

 que sedientos volvieron a beber de nuestras bocas

los besos,

sedientos des pues de transitar tiempo

 Nada había cambiado o si

es posible.

 

 Para nosotros fue

 como no habernos separados nunca.

 

© Laura Elena Bermúdez Tesolin

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