FRONTERA
Tiemblan
los botes sacudidos
por un torrente
la frontera es
un estruendo de raudales
que sostienen
el tejido de camalotes
que van sin rumbo
acá, en esta playa
vestida de muerte constante
danza una libélula
extraviada
en medio del río
ondea la trama del espinel
de orilla a orilla
nos desangran los destierros
en esta soledad
lo cierto es
el aroma
de mangos y guayabas
el agua mordiendo
patios de domingo
como un hacha que olfatea
el latido de la savia
el agua
quebranta cada piedra
y la sumerge.
© Miriam Alvarez
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