PENÉLOPE:
II
Yo podría haber tenido alas
pero cuando te fuiste
solo atiné
a repetir un velo
de novia en mi cabeza
nunca Argos y yo estuvimos tan cerca.
Desde entonces
es que espero
y urdo
lo que podría haber sido.
Nadie –ni vos tampoco-
supo que también
yo había tejido sueños.
También quise armar
mares y guerras
oír cantar a la misteriosa
bóveda del cielo
oler las infinitas flores
las incontables frutas
entretejer secretos
de papiro.
© Matías López
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