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22/3/24

Poema de Laura Moreno

 

 

Supo vivir tardes de 

durazno y seda

con el abrazo de la Yaya

y su áspero licor de mandarinas

el río muy frío en la altura

la majada alegre

 

hasta que

cientos de nubes

como una sola nube

rodearon la órbita

en un abrazo asfixiante.

 

En la garganta ronca del cielo

un graznido

como de alguien que emerge

de una pesadilla

y se quiebra.

 

Rodaron  truenos

que estremecieron la tierra

parecía que venía un tren

y lo sentíamos

recostados en la vía

a pesar del grito, la advertencia.

 

Hasta que llegó la tormenta.

 

© Laura Moreno

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