En un espacio
de puertas abiertas y pasillos y niebla
le pregunté: ¿estuviste en París?
Era el sueño de felicidad de mamá
Me llegó entonces el perfume que siempre
usaba
Y con el olor delicado/ lento/ diluido
la cerrazón:
los bolsos, los abrigos, las carteras, los
zapatos, los pañuelos que había sacado
y los muebles
todo era negro
© Inés Legarreta
La poeta de Chivilcoy emplea con suma habilidad la enumeración de situaciones y de objetos (y su amalgama) para brindar un clima evanescente pero simultáneamente capaz de permanecer en la sensibilidad del lector luego de leído el poema de manera contundente.
ResponderEliminarCelebro la nostalgia que habita el poema. Gracias. Muy bello. ❤️ 🦋
ResponderEliminarHermoso poema. Muy sentido
ResponderEliminarAquel tiempo que pasó: queda la mejor poesía para recordarlo. Bravo, Inés. P.Bence Castilla
ResponderEliminarMuchas gracias, Luis, Graciela, Margarita y Patricia por los comentarios. Abrazo, Inés
ResponderEliminarGran poema nostalgioso con un remate único.
ResponderEliminarAbzz Stella Maris Soria
Lindo y conmovedor
ResponderEliminarGracias Inés por tu poesía sensible.
ResponderEliminarun abrazo
norma starke
Hermoso, duro y al corazón.
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